domingo, 15 de septiembre de 2013



Íbamos buscando una "Senda", y nos encontramos un "Cadillac Solitario"




El pasado viernes, 13 de Septiembre, comenzaban las fiestas de San Mateo 2013 en Oviedo. Lo hacían con un concierto, en La Ería, en el que actuaban: "Queen Bitch", "Celtas Cortos" Y "Loquillo".
Todos los que me conocen saben de mi admiración por el grupo que lidera Jesús Cifuentes (Celtas Cortos), del cual tengo toda su discografía y que prácticamente conozco todas sus letras como si hubiera sido yo el que las compusiera.
Total, que con un grupo de amigos nos plantamos en la Ería para asistir al evento.
La cosa empieza, como casi siempre que uno llega a Oviedo a hacer algo, "¿Dónde aparcamos?"; pues después de unas vueltecillas encontramos un sitio que, a pesar de estar reservado para taxis en las fiestas, estaba lleno de coches. Me acerco a preguntar a un par de policías locales y me dicen que se puede pero que no se puede, o sea, "tú verás"...Decidimos, no obstante, dejar el coche allí, y mientras nos vamos acercando a la entrada voy pensando en el escote que tendremos que poner al final de la noche para sacar el coche del depósito (jejejeje).
No habíamos cenado, así que aprovechamos que aún hay poca gente y vamos hacia un puesto en el que preparan hamburguesas. Sacamos los tickets de comida y bebida y "¡a cenar!".
Personalmente fue la peor hamburguesa que he cenado en mi vida, pero bueno, el hambre hace milagros, os aseguro que el pan era de abril, por lo menos...
Después de la "suculenta cena" nos vamos acercando al escenario en el que Queen Bitch acaban de terminar. Cogemos sitio y, después de una visita al WC, en un momento comienzan a sonar acordes de "Hay que volver", primer tema de los Celtas, al que siguió una hora y media de concierto. Este fantástico grupo estuvo como siempre, en su línea, metiéndose al público en el bolsillo con temas como "No nos podrán parar", "El emigrante" o "la senda del tiempo", sin olvidarnos de ese sensacional tema de su último trabajo "El blues del pescador". Unos culetes de sidra, una banda de gaitas acompñándolos en "Tranquilo Majete" y una despedida quizás un poco rápida, pero con mucho ritmo.
Tocaba descanso y cambio de seguidores, de los rastas pasamos a los tupés en cinco minutos. Incondicionales de Loquillo vestidos de negro y con el peine en el bolsillo trasero, sin olvidarnos de esos bien trabajados peinados. 
Al mismo tiempo que el telón se levantaba iban haciendo aparición los miembros de la banda, y el espacio en el que antes estábamos tranquilos y con holgura, se convirtió en un asfixiante mar de cabezas.
Pero nada importó, ya que desde el primer minuto, el Loco, se entregó como sólo él sabe, con esa chulería que le caracteriza y con un directo BRUTAL. Mezclando temas más actuales con los de siempre, Loquillo se hizo dueño y señor de la noche ovetense, todo un recital, y nunca mejor dicho. 
Los que íbamos en busca de una "Senda del tiempo" la encontramos, como siempre que vemos a Celtas Cortos, pero nos encontramos con un "Cádillac Solitario" impresionante. Gracias Loco, por este estupendo concierto.

miércoles, 28 de agosto de 2013




Pregón


Aquí os dejo, para todo el que no haya podido escucharlo en directo, el pregón que Carlos Santos no regaló en la XLIII edición del Certamen del Queso de Cabrales.







                                          Carlos Santos y Pedro Páramo en la cueva El Cares




Una emoción vital continuada

Cabraliegos y forasteros, residentes y transeúntes, nativos y foráneos, asturianos de condición y asturianos de vocación, amigos, parientes y oyentes, que alguno hay: ¡Feliz Día, Feliz Certamen del Queso de Cabrales, en su cuadragésimo tercera edición, Feliz Fiesta!

Un honor, un privilegio, estar aquí, hoy, en este preciso instante, cumpliendo con el encargo más importante y más raro que me han hecho nunca. Importante, por razones obvias: son ya 43 años los que avalan la importancia de este ritual de sabor y de calidad. Raro por razones más obvias todavía: mira que es raro que inviten a un español mil-leches, un almeriense nacido en Zamora, a pregonar un producto asturiano que no necesita que nadie lo pregone y encima rodeado de personas que conocen como nadie la grandeza de la criatura. Como Regino Mier, pastor mayor, que le ha dedicado su vida. Como Lucía Bustillo, xana Naranjo de Bulnes, a quien no se le nota nada que en las ultimas 48 horas se ha recorrido todas las montañas de la comarca (a su novio, el navarro, creo que lo ha dejado en casa, derrengado) y que lleva el cabrales en el mapa genético, en las venas… como casi todos los que estáis aquí: desde el alcalde, Carlos Puente, hasta Pedro Páramo, que hace 23 años fue pregonero de este certamen, pasando por el presentador, Angel Lueje, por Pepina, Alfonso y los empleados del ayuntamiento que con su trabajo hacen posible esta fiesta, o por los  miembros del jurado, que no lo tienen nada fácil... si es difícil elegir al mejor es casi imposible elegir al mejor de los mejores. Y pasando, naturalmente, por los pastores, por los queseros, por los miembros del consejo regulador... por todas y cada una de las personas que están detrás de la elaboración de este queso y que han conseguido colocarlo entre los mejores del mundo conocido.

Pero, en fin… la costumbre es la costumbre y la costumbre es que un individuo suba aquí, este último domingo de agosto, y diga algunas cosas en tono mayor, que es lo suyo en los pregones, en tono épico, que es lo que pide un personaje legendario como el que protagoniza esta fiesta, y además, por lo visto otros años, con alguna arenga, una bronca cariñosa, porque suelen los pregoneros pensar que quienes hacen bien las cosas pueden hacerlas todavía mejor.

Eso sí, cuando estás esperando el tono mayor y épico, el pregonero se pone tierno y lírico, elige el tono menor, y en lugar de empezar a grito pelado, llamando a la alegría y la fiesta, quien se pone a dar gritos es la memoria. Supongo que es inevitable. Si son hondas las gargantas, fuertes las rocas, afilados los picos, profundas las simas … más profundos, más afilados, más fuertes y más hondos son los afectos con los que uno se encuentra nada más pisar estos valles y estas montañas.

Supongo que es también natural, en un pueblo con raíces y pregonando un queso con raíces, que te asalte el recuerdo de tus propias raíces. En mi caso, la tienda del abuelo, que olía a harina y a pimentón, pero de vez en cuando, cuando llegaban los quesos de Asturias solo olía a quesos de Asturias; los traía un hombre en una camioneta que luego se marchaba cargada de levadura. O los viajes con mi padre, salmantino, y mi madre, gallega de Valdeorras, para visitar a los parientes del Principado, hoy aquí representados por mi prima Mariluz y mi sobrina Cristina, donde los mayores bebían sidra y los pequeños aprendíamos las primeras letras del buen gusto con unos cachos de pan como ruedas de carro y unos quesos que no se parecían para nada al que nos daban para la merienda en casa y muchísimo menos a los que nos daban en la escuela con la leche en polvo americana.

Pero no. Yo no voy a hablar ni de mi padre ni de mi abuelo. Mi primera evocación hoy es para un padre ajeno: el de mi amigo Manolo Tarrazo, el doctor Tarrazo, el tropi, a quien llamamos el tropi porque nació en el trópico, en la República Dominicana, hijo de emigrantes asturianos. Desde que pisé Arenas me ronda por la cabeza la epopeya de su padre, don Manuel Tarrazo, el día que por fin, después de medio siglo en América pudo volver a su Asturias original…

Manuel Tarrazo era asturiano. Completamente asturiano. Absolutamente asturiano. Tan asturiano que cuando hizo su primer viaje a América se volvió loco buscando las vacas en el barco. Podía a duras penas entender que un cacharro gigante se moviera sobre el agua y podía más o menos entender que ese cacharro estuviera lleno de gente en busca de una vida mejor. Lo que no podía entender de ninguna manera es que donde había leche no hubiera vacas. Ni ovejas. Ni cabras. No le cabía en la cabeza beber leche si su madre no lo mandaba antes a buscarla o, directamente, a ordeñar.

Pues bien, Manuel volvió por fin a Asturias, muchos años después, volvió a ver a las vacas en su lugar natural, un poco más allá, las ovejas, y un poco más arriba, las cabras... tirando piedras a la carretera, como acostumbran a hacer las cabras en esta tierra. A la hora de regresar a América, ya en avión, quiso llevarse el mejor recuerdo de todo eso: un cabrales. De los de antes. De los de tres kilos y medio. No de esos de kilo y pico que se hacen ahora. Imaginad lo que tuvo que pasar ese hombre para llevar ese queso. En el autobús, en el aeropuerto, en el mostrador de embarque, en la cinta de seguridad, en la cabina. Suplicó a los guardias civiles para que se lo dejaran sacar. Sobornó a los policías dominicanos para que se lo dejaran meter. Llego a su casa, lo guardó celosamente en el lugar más fresco para que le durara unas semanas… solo duró unas horas: la mucama que trabajaba en la casa lo tiró a la basura. Aquella cosa, fuera lo que fuera, estaba endemoniada.

Seguro que don Manuel Tarrazo, que felizmente vive, sonríe cuando sepa que recuerdo su historia, como sonrió cuando me la contó, en el mostrador de su ferretería, en San Pedro de Macorix, en el centro de la isla de Santo Domingo, y se alegrará de que la recuerde aquí… porque es una manera de recordar que cada uno de los quesos que salen de estas montañas y de estos valles va ligado a una historia y a una vida. A muchas historias y a muchas vidas: las de aquellos que los producen y las aquellos que lo consumimos.

Porque el cabrales no es un queso, o no es sólo un queso: es una emoción vital continuada, un eterno compañero de viaje. En la infancia. En la adolescencia, en esos chigres donde aprendías a tirar la sidra, más que escanciarla, con el suelo hecho un charco. En la juventud primera: éramos unos críos cuando en la Redacción de Cambio16 Xavier Domingo nos abrió las puertas de eso que unos llaman gastronomía y otros el buen comer. “La locomotora de los quesos españoles tiene que ser el cabrales”, decía Domingo que era medio francés y por tanto buen amigo del Roquefort. Por cierto que somos muchos los que hace tiempo damos por ganada esa batalla. El francés es demasiado salado, y mientras el nuestro sabe a monte el francés sabe a leche maltratada, como dice el escultor Utande, que de quesos sabe un rato y que siempre lo ha dicho: el compañero que se llevaría a una isla desierta es un buen cabrales.
Aunque pasen cien siglos nunca podrá tener el roquefort esa singularidad que tiene cada uno de los quesos que salen de las cuevas de los 18 pueblos de este municipio y de los dos de Peñamellera Alta que están también en la D.O. (y que no debo olvidar porque Rosa, la alcaldesa, no me lo perdonaría). Y estoy seguro que los catorce franceses que hoy nos acompañan recién llegados de Sadirac, municipio hermanado con Arenas, no me desmienten: No hay comparación posible. Hace muchos años que ellos mismos eligieron el cabrales como el mejor queso azul del mundo.

Nos acompaña en la infancia, en la adolescencia, en la juventud. Luego, cuando entras en esa nueva etapa de la juventud que llaman madurez y que es como una meseta en lo alto del monte, con sus praderías, sus collados, sus majadas, en la que ya no se trata de subir y subir, solo ser dueño de tu destino, y decidir tu mismo en qué dirección tiras, el cabrales aparece por todas partes. Y no digamos si entre tus senderos vitales has elegido los de estas montañas… No hablo ya en sentido figurado: no son pocos los que he recorrido, con Anamari, mi novia formal. Ni son pocas las veces que he pescado en estas aguas. Ni son pocas las horas que he caminado monte arriba con el secreto estimulo de comer un cacho de pan y queso, antes de iniciar el descenso…

En la ciudad también es compañero de viaje habitual, por fortuna. Desde que asoma el otoño, raro es el mes que no tiene dos o tres celebraciones en clave asturiana, todas con alegría, todas en buena compañía y todas con un mismo y feliz principio… o final, porque en eso hay diferentes gustos y teorías: el cabrales. Buena parte de la culpa la tienen los cien restaurantes asturianos que hay en Madrid, donde resido, y que han sido siempre los mejores embajadores del Principado: como Paco el de la Fueya, que tiene viejos vínculos con Arenas como Diego, Carlos, José Luis, Adela, Domingo, Alberto, Belarmino, Nicolás… No voy a entrar en dar apellidos ni nombres de locales porque podría estar una semana entera.

También podría estar una semana dando los nombres de los grandes restauradores que con su trabajo, y eso ya llevo muchos años pregonándolo, están dando máximas dimensiones a Asturias como potencia alimentaria y hostelera. Marcelo Conrado y su familia; los de Fermín, Luis Alberto y Chus; los de Prendes, Pedro y Marcos,… Y podría estar otra semana hablando del los grandes productos asturianos. Desde los más grandes, como el que hoy nos reúne, y que por cierto se lleva estupendamente con todos los demás, ahí está también la grandeza, hasta los más humildes, como el Sabadiego de Noreña, representado en este encuentro por Miguel Angel Fuentes Calleja.

Me alegra advertir además, en los últimos años que el cabrales, que es queso montañero, es ya también un consumado viajero. Te lo encuentras por todas partes y en todas las compañías. Además de los inevitables canapés de roquefort cada vez son más frecuentes los de cabrales. Y las croquetas de cabrales que me tome el otro día en un bar de Heliópolis, en Sevilla, junto al campo del Betis, donde vive mi hermano. La ensalada con crujiente de ibérico y cabrales en un bar pretencioso, pero decente, del Carmen, en Valencia. El montadito de morcilla y cabrales en uno de mi barrio, el Zapillo, en Almería. Además de las consabidas anchoas con cabrales y de las patatas con cabrales, habituales, dios los perdone, en cientos de bares de Barcelona o Madrid, he probado Champiñones rellenos de cabrales en una tasca del tubo, en Zaragoza y en otra de Pozuelo de Alarcón donde esta RNE, donde me gano el pan, una de solomillo al cabrales sobre pasas y puré de patata. En mayo, en un Festival de la tapa de Madrid una de las reinas era la berenjena con misterio de cabrales y corazón de guayaba. Con un par. De guayabas. En un clásico de la latina, Gerardo, probé la Tosta de salmón con helado de queso de cabrales. Y juro por mis niños haber probado en un bar de Atocha Caramelos con queso de cabrales y miel de la Alcarria.

El cabrales, pese a su fuerte personalidad, es un buen paisano, un buen vecino, un buen amigo, un buen relaciones públicas y un buen amante, que lo mismo se lo hace con la miel de la Alcarria que con la anchoa cántabra, con la morcilla de Almería, el piquillo navarro o.. las pastas italianas: con todas combina muy bien, respetando los sabores, siempre y cuando no se te vaya la mano con el fuego. A la hora de las mezclas, cuando anda por medio este queso, siempre en sus justas dosis, cuidado con el fuego: mejor en frío o templado y, desde luego, nada de gratinado, que debería estar prohibido por ley.

Nadie con tanto carácter tuvo nunca tanta vocación solidaria. Y aunque entiendo que algunos digan que es queso de comer, no de cocinar, y que lo suyo es comprarlo y terminar con el de una sentada, creo que es bueno aprovechar esa capacidad suya de convivencia… Y ahí entramos en la última fase del pregón la de la arenga: por fin la cocina española está teniendo un reconocimiento universal y se está exportando con un perfil, una identidad definida, en torno al concepto tapas-bar. Los italianos con su pasta y pizza, los chinos con sus palillos, los japoneses con sus sushis y los españoles… con sus tapas-bar. De eso tiene buena parte de responsabilidad la Revolución Ferrán Adrià, en cuya estela hay algunos restauradores asturianos, la alta cocina en miniatura promovida por grandes cocineros españoles de los últimos 35 años. Pues bien: Hay que meter al cabrales en ese territorio, que empieza a ser universal, mediante concursos, libros de recetas, invitaciones a cocineros de renombre o… pregones.

Por lo que atañe a este que ya va terminando, esa es la parte que tiene de alegato, de hacer mejor lo que se está haciendo ya muy bien. Y no hablo de mitología, hablo de economía. Hablo de Cultura, con mayúsculas, pero hablo también de riqueza con los pies en el suelo: de sacar el máximo provecho a este recurso, de crear puestos de trabajo. Aprovechando la red hostelera tejida en el mundo por generaciones de asturianos pero aprovechando también los nuevos canales de distribución, las nuevas técnicas de envasado y conservación, la pujanza de la alta cocina y el buen momento del sector agroalimentario, que con el turismo, vuelve a estar en la primera parte del tren de la economía…

Y tras la arenga, la épica y la lírica, el agradecimiento, que no es solo personal: gracias en nombre de los parientes y amigos me esperan para darle lo suyo al cabrales que pienso llevarme y que, como todos los grandes personajes de la gastronomía asturiana, nació para ser compartido. No podré llevarles el agua de los valles ni el aire de las montañas. Pero al menos compartiré este compendio de vida natural, trabajo bien hecho y afecto. Y además podré presumir: he andado por estos montes, he pescado en estos ríos y he pregonado estos quesos… ya solo me falta que el maestro Manolo Bada me enseñe a bailar el corri-corri para que me veáis como un cabraliego de adopción.

Y como estas cosas se explican mejor con versos, os lo voy a contar con versos






Quizá porque en mi niñez
En un pueblo castellano
Nunca faltaron aromas
Del vecino Principado

Quizá porque fue mi abuelo
Fiel regente de un colmado
Donde el olor del cabrales
Un día era el rey y otro, el amo

Quizá porque hasta Almería
La tierra donde enraizamos
Su sabor y sus efluvios
Siempre nos acompañaron

Tal vez mi madre, gallega,
Acaso mi padre, charro
O mis parientes diversos
Habitantes de estos pagos

El caso es que en mi memoria
Un lugar privilegiado
Ha ocupado desde siempre
El mejor queso asturiano

¿Asturiano, dice usted?
Se queda corto el vocablo
Es un queso universal
Es americano, indiano

Es queso global, es cósmico
Es mundial más que mundano
Es terrenal, es telúrico
Es sideral, planetario

Es un queso biosférico
Por la UNESCO proclamado
Como hijo natural
De este espacio reservado

Y es desde luego europeo
El más sabroso y cuajado
De todos los habitantes
Que el continente habitamos

Nació en los únicos Picos
De Europa denominados
¿Existe de europeísmo
Un mejor certificado?

Pero este cosmopolita
Tan sutil y delicado
Es además montaraz
Es de pueblo, es aldeano
Aunque en las grandes ciudades
Se mueva con desparpajo
Y en las más grandes cocinas
Tenga un sitio bien ganado
Nunca falta en los zurrones
Cuando al monte nos echamos
Esos que más que vivir
La vida, la caminamos

Es queso de montañeros
Y de mochileros varios
Pescadores, alpinistas
Senderistas avezados
Algunos somos capaces
Incluso de encaramarnos
Al más alto de los montes
Para poder degustarlo
(Y no hablo por hablar
Cuento lo que me ha pasado
Y bien que puede Anamari
Mi novia, testificarlo)

Aunque creció en soledad
Nunca ha sido un solitario
Y siempre se llevó bien
Con vecinos y paisanos
Con Los Beyos, con Casín
Con La Peral o El carballo.
Es primo del Valdeón
Del Picón-Tresviso, hermano
Pariente de Gamoneu
Peñamellera o Vidiago

Donde no tiene familia
Es en Francia, que sepamos
Allí lo único que tiene
Son imitadores varios.
Sobre todo hay un tal Roque
Con fuerte apellido galo
Que pretende parecerse
Aunque esté menos logrado
Sabe a leche maltratada
Y de sal anda sobrado
Pero el nuestro sabe a monte
A majada, a hierba, a campo
A cueva con aire fresco
A torrente desatado
A naturaleza viva
A ribera y a ribazo
A ladera  sinuosa
A garganta y a cortado
A nieve blanca en invierno
A bosque fresco en verano
A salmones saltarines
A barrancos arriscados
A noches llenas de estrellas
A refugios abrigados

Y aunque hacer comparaciones
Sea lo más acostumbrado
No tenemos que perder
Ni un minuto en compararlos
¿Quién sabe si ese francés
No desciende al fin y al cabo
De esta hermosa criatura
De este galán asturiano
Cuya receta unos monjes
En tiempos ya muy lejanos
Desde los valles de Asturias
A La France se llevaron?

Lo que todos bien sabemos
No está de más recordarlo
Es que este queso tan guapo
Tan fino y bien presentado
Es un hijo de la tierra
En sus entrañas criado
Del aire de esta montaña
Que el soplau a tiempo ha dado
Y es, en fin, hijo del hombre
Que con gusto lo ha mimado

Es un tipo con principios
Nativo de un principado
Que ya en la palabra lleva
El principio involucrado
Donde nació casi todo
En un remoto pasado
Y todo lo demás, dicen
Es terreno conquistado
Es un queso con raíces
Y vamos ya terminando
Que por su buena raíz
Siempre llegará muy alto
Porque solo raíces fuertes
Hace fuerte y sano al árbol

Y dando ya en este punto
El pregón por terminado
En honor de las pastoras
Las gaitas vayan sonando
En honor de los pastores
Los panderos repicando
Mientras adiós va diciendo
Este pregonero honrado
Por la amistad y el afecto
Que ustedes le han prodigado

¡Puxa Cabrales y Asturias
Puxa Arenas y aledaños
Puxa Europa con sus picos
Y en sus picos, donde estamos
Vivan aquellos que hacen
Los quesos extraordinarios
Que además de reunirnos
En su fiesta cada año
Convierten en días festivos
Todos los del calendario!



Carlos Santos
Arenas de Cabrales
25 de Agosto de 2013



domingo, 28 de julio de 2013




TIELVERTICAL


Un año más, el día de la fiesta de Santiago nos encaminamos hacia Tielve para disfrutar de un día de fiesta, pero sobre todo, para echar una mano a la organización de la carrera "Tielvertical" y disfrutar de como esta carrera va creciendo año tras año en popularidad y en nivel.
El día amanece con alguna nube, pero el sol tiene mucha más presencia, y aunque en ocasiones calienta demasiado (Pica el sol, como decimos por aquí), el tiempo nos va a permitir ver la carrera perfectamente.
A eso de las doce de la mañana llegamos a la plaza, y, como es de ley, hay que tomar algo para empezar bien. 




Después del "cafetín" nos paramos a ver la procesión y también a los mozos plantar la H.oguera. Una mañana perfecta; pero nos quedaba la carrera. 
Mientras el speaker de la carrera, y organizador también de ella, Esteban Pérez, Subastaba el "Ramu", Joaquín y yo ultimábamos detalles con Jose Angel y Pedro, dos de los organizadores de este gran evento al cual ya iban acercándose un gran número de corredores.
Ya está todo preparado, sólo nos queda acercarnos hasta el restaurante El Duje donde nos espera una estupenda comida, y, tras ella, lanzarnos hasta Poncebos para el reparto de dorsales y donde Ramiro nos espera con todo listo para la salida.
Llegamos a Casa Ramiro en Poncebos, lugar desde donde tomarán la salida los corredores, muchos de los cuales ya estaban allí esperando su dorsal.
Preparamos todo y comienzan a pasar por la mesa; en un momento se forma una cola que parece una de esas numerosas filas que, desgraciadamente, son ta habituales en estos tiempos en las oficinas del inem.
¡¡Vaya Nivel!!: Kiko Sánchez, Raúl García Castán, Santi Obaya, Fran Piñera, Adolfo Campillo, Juan Mier, Marta Escudero, Ohiana Kortazar, Eva Braña....estos son unos de los nombres que más suenan en este tipo de carreras, y todos estaban en esta edición de Tielvertical, y muchos más valientes que tomaron la salida, unos 116 corredores.
Se acercan las 17:30 y ya los nervios se dejan ver. Los miembros de Protección Civil de Llanes, que han venido, como todos los años, a echar un cable, ya están cortando el tramo de carretera que hay desde el puente hasta el inicio de la canal de la Rumiada. El cronometro está listo y los favoritos ya están preparados en las primeras posiciones. Suena el cohete que da la salida y, como si de una estampida se tratase, los corredores cruzan el puente y se encaminan hacia el pequeño sendero por el que van a tener que subir hasta tielve.


En las primeras "cuestas" de La Rumiada ya se ve un grupo de corredores que quiere poner tierra de por medio, y. fijándonos un poco: "el primero va de oscuro y con medias verdes, ¡ah!, y con cinta en el pelo o visera blanca", no hay duda, es Raúl García Castán, que sube a un ritmo fantástico.
Joaquín, Esteban y yo nos metemos en el coche y tiramos rumbo a Tielve para el avituellamiento y la meta. En el camino, gran número de aficionados van siguiendo la carrera, ya que es visible gran parte de ella desde la carretera. Pero nosotros debemos subir pera estar en Meta, en el primer paso de los corredores.
Al llegar nos sorprende el gran ambiente que hay, tanto abalo aparcando como en meta, el gentío es impresionante (cosa que destacan los corredores, ya que les anima enormemente en su paso hacia el "Sedu la Cruz".




La primera vez que Joaquín me dice el tiempo por walkie  iban 26 minutos, y al poco tiempo ya vímos aparecer comu un auténtico "obús" a Raúl G. Castán con bastante ventaja sobre el segundo. Pasa  por el avituallamiento, recibe la gran ovación de la multitud de aficionados y vecinos de Tielve y comienza a ascender hacia el "Sedu la Cruz", la parte más dura de todo el recorrido y que este año es visible gracias a que la niebla se está comportando y se mantiene alejada del Sedu, aunque para el otro punto de control, El Jou Caballu" se mete bastante la niebla.
Raúl va subiendo esas tremendas rampas cuando pasa por el avituallamiento el segundo clasificado, Fran Piñera, que tampoco viene nada mal. Sigue su camino y ya vemos llegar a los siguientes corredores, Adolfo Campillo (este joven corredor local que pasa en tercera posición recibe los primeros aplausos para un corredor cabraliego, cosa que hace que se nos ponga el vello de punta, por lo menos a mí), y tras él un largo goteo de participantes.
Poco tiempo después, Mikel, que está en el Sedu de control, me dice que llega Raúl a su posición, cosa que comento con la gente que está allí conmigo y a lo que no damos crédito, ya que todavía no llevamos ni una hora de carrera.
El camino de subida se ve espectacular con una fila de corredores que, poco a poco, van acercándose a coronar el Sedu.
De la parte final de carrera, Javi me cuenta que ya están llegando las dos últimas corredoras y que un corredor cabraliego, Victor, Viene tocado. Y es en ese momento cuando Pedro Mier, que está en Jou Caballu, que llega Raúl y que ya está bajando. Es increíble el carrerón de este segoviano campeón de España de Km vertical y subcampeón de Europa de esta misma categoría. 
También coronan Piñera y Adolfo el Sedu y no tardan en llegar al Jou Caballu, así que ya tenemos a los tres primeros en la parte final de la carrera, mientras le serpiente multicolor continúa subiendo hacia el Sedu.
Casi sin darnos tiempo a preparrnos, Raúl G. Castán se hace con la victoria de la carrera batiendo en casi diez minutos su récord del pasado año. Un gran griterío y bengalas reciben a este campeón de la III edición de la Tielvertical. A unos cinco minutos llega Fran Piñera y a un minuto escaso llega Santi Obaya que completa el podio Masculino. 
Ohiana Kortazar llega primera en categoría femenina seguida de Marta Escudero y de Eva Braña.
Y ya, poco a poco, van llegando el resto de corredores/as hasta la meta de la plaza de tielve.
Una tarde estupenda en la que no faltó la tradicional "espicha" y el himno de Asturias cantado por todos los asistentes. 


Y tras una divertida entrega de premios, la gente se animó a cantar al son de la gaita y a beber sidra ("Como es de ley", como decía el señor Cela), y por mi parte, lo siguiente fue despedirme de esta estupenda gente de tielve y bajar para casa.
Me gustaría felicitar y dar las gracias a la organización: Pedro, Jose Angel, Juan Mier, Esteban, a todos muchas gracias por dejarnos participar. El año que viene más.

Clasificaciones:

Categoría masculina:
1º-Raúl G. Castán
2º-Fran Piñera
3ºSanti Obaya

Categoría femenina:
1ª-Ohiana Kortazar
2ª-Marta Escudero
3ª.Eva Braña

Hasta el año que viene a tod@s

lunes, 29 de abril de 2013

 

"Memoria de un fin de semana en Sadirac"

Hora de salida: 
10:00, del viernes 26  desde la plaza del Ayuntamiento. 
Todos fuimos puntuales (cosa rara), pero ahí estábamos todos preparados para afrontar esos 538 Km que nos separan de nuestro municipio hermano, Sadirac, en Burdeos.
Lo que pasa, es que casi siempre hay algo que revisar, hay que parar a por algo, a dejar un papel o símplemente quedar en un punto para salir todos juntos.
Así que, a las 11:00 salímos desde el restaurante "Urogallo", rumbo, al fin, a nuestro municipio Francés.
El viaje se hace largo, pero entre algún chiste, la música, la conversación, y alguna que otra polémica en los peajes, llegamos a nuestro destino a eso de las 19:00, donde no tardan en recibirnos. 
Primeras fotos con el indicador de "Cabrales 538 Km" y rumbo a nuestro hotel.   


Llegamos y nos recibe el dueño, un señor serio (a primera vista), pero bastante amable, como poco después pudimos comprobar.


Reparto de las llaves, dejamos el equipaje en las habitaciones y, como buenos españoles, nos bajamos para el bar, donde comprobamos que la decoración es un tanto...digamos "peculiar". Nos tomamos algo esperando que llegue el resto de componentes del ayuntamiento de Sadirac y del Comité de Hermanamiento y poco después la cena.


Hambre no había mucha, ya que habíamos parado a comer muy tarde, pero uno no se puede ir a dormir con hambre, así que "a cenar". 
Primeros discursos de autoridades y una larga sobremesa en la que todos lo pasamos estupendamente, vamos, que nos reímos mucho (no sé por qué????).
Claro, y como es normal, al subir al hotel no podíamos irnos a la cama así, sin más....visita a la sala de televisión, registro exhaustivo de las plarnta, hasta que de repente, como por arte de mágia, todos nos fuimos a la cama sin rechistar y no se escuchó ni un sólo ruido más... (Qué raro!!! ¿Verdad?).
El sábado, a la hora del desayuno, todo era más tranquilo (quizás por falta de sueño). Teníamos todo el día por delante y en la agenda una recepción en el restaurante "SadiracQuoi" para celebrar los actos del 20º aniversario de la constitución del comité de hermanamiento (no del hermanamiento en sí, eso será dentro de un año).


Una estupenda comida y después, un pequeño grupo decidimos marchar a Burdeos y pasar de los mojitos (jeje). Así que, con María Elena como guía, nos dimos un paseo por una hermosísima ciudad a la que tengo que volver si tengo la opotunidad (que la tendré).
Visita a la catedral, al la plaza de la Victoria, al Gran teatro, al monumento a los Girondinos, y a la casa donde estuvo viviendo Goya, que es ahora sede del Instituto Cervantes.
Fotos con mimos que resultan ser madrileños, a los que deseamos mucha suerte y como final al paseo, nos metemos de lleno en Sainte-Catherine, la calle comercial de la ciudad (bufffff, que ervidero de gente, pero espectacular).


Y ya, después de un refresco en el "Cafe de les arts" (espero haberlo escrito bien), volvemos a coger el tranvía para ya, desde las orillas del río Garona, coger la furgoneta y volvernos a Sadirac para la cena, en la que un rico entrecot con patatas y una riquísima tarta de manzana nos están esperando.
Después de la cena, una gran traca de fuegos de artificio dan paso al baile, animado por un estupendo Dj, pero ya el cansancio y el saber que tenemos que madrugar nos obliga a recogernos temprano, así que a la 01:00 en la cama (esta vez sin charlas de pasillo, jeje).
Domingo, 07:00 horas, mientras yo me voy a buscar a dos mozas para que les pongan el pañuelo, Tamara ya hace rato que esta en esa labor. Y a mi vuelta, y tras hacer un par de "recadines" me tumbo a dormír un poco entre la algarabía existente debido a el tiempo justo que tenemos para estar en Lorient, donde nos espera un suculentísimo desayuno.


Después de saciarnos nos vamos a la sala Cabrales (así se llama la fenomenal sala de fiestas de Sadirac), donde me encuentro con antiguos miembros del comité de hermanamiento y del ayuntamiento, Charlie y Alain, dos grandes personas y dos buenos amigos. Asistimos a la bendición del pan y a continuación todos en procesión a la iglesia, y, durante la homilía, tengo el placer de conocer a Sonia llano, a su madre , hermanas y a sus hijas (os mando un fuerte abrazo a todas), una familia que desciende de Cabrales y a la que estoy ayudando a encontrar familiares o fotos de familiares, una familia entrañable.
Y para terminar, como es tradición, el ramo es llevado de nuevo a la sala Cabales para la subasta del ramo, y en el que todos los representantes nos recordaron la importancia de continuar con esta estupenda labor que es el hermanamiento entre nuestros municipios, además de emocionarnos recordando a impulsores y miembros del comité que ya no están entre nosotros. 


Una buena paella y un concurso de baile pònía punto final a un fin de semana estupendo, al que sólo le quedaban 538 km para volver a casa. A casa?????, qué raro!!! yo estuve todo el tiempo sintiéndome como en mi casa, y gracias, sobre todo, al gran corazón de toda la gente que año tras año vamos conociendo y que van uniéndose a esta estupenda hermandad, al estupendo trabajo del Comité y la amabilidad de todos los ciudadanos de Sadirac. Muchas gracias a todos por acogernos tan bien. Hasta pronto...!!!

sábado, 16 de marzo de 2013



"Recordando mi niñez"







El Restaurante "El Urogallo" en Arenas de Cabrales, fue elegido como escenario para la presentación del nuevo disco de María Teresa González Soto y de Oscar Fernández (Oscarín).
Un acto emotivo en el que el alcalde de Cabrales alabó las grandes cualidades de ambos artistas, la grandiosa voz de María Teresa y La extraordinaria habilidad de Oscar tocando la gaita.
"Recordando mi niñez" es el título de este disco de 12 canciones en el que se mezclan temas conocidos por todos, como La Cabraliega, Toca la gaita Gaiteru, Paxarín Parleru, y otros, como el que da título al disco, que han sido escritos para la ocasión, en este caso, por otro gran amante de la tonada asturiana, Narciso Fernández (Padre de Oscar).
Al acto, además de numeroso público, asistieron y actuaron varios de los componentes de la asociación Picu Urriellu, que preside Oscar y que cuenta con la ayuda de nuestra vecina Silvia González, que es la vicepresidenta de esta asociación que pretende recuperar la banda de gaitas de Cabrales, e inculcar nuestra música tradicional a todo el que lo desee. 

De Ida a Dcha, María Teresa González, Carlos j. Puente (Alcalde de Cabrales), Oscar Fernández y Silvia González (VIcepresideta asociación Picu Urriellu)

                                         María Teresa y Oscar en plena actuación

                                          Integrantes de la asociación Picu Urriellu

María Teresa firmando discos


domingo, 3 de marzo de 2013



Nevada en Portudera







La mañana amanecía helada en las alturas. Salimos de Arenas a eso de las 8:20 de la mañana con niebla, pero seguros de que, a la altura del Colláu Castiellu, ésta desaparecería.
Más o menos, a medida que la niebla desaparecía, la nieve se iba acumulando más y más, pero no había necesidad de raquetas, pues la nieve estaba dura por el hielo.
Un trago de agua en la fuente El Retrite y un poco más arriba en La Canal y continuamos hasta la Cruz de Pruvia donde decidimos poner las raquetas, ya que, en este punto, ya hay una cantidad considerable de nieve.


                                         Cruz de Pruvia


Todo va sobre ruedas, perdón, sobre raquetas; pasamos La Bolera y El Jornial y llegamos a Tambrín. Aquí es donde nos encontramos con lo peor del camino. Desde el Colláu Tambrín hasta la Vega de Umardo la nieve se acumula demasiado y nos es imposible ver el camino, y vayamos por donde vayamos siempre nos encontramos con unos enormes montones en los que llegamos a hundirnos hasta la cintura. 
A la altura de la Vega la LLaguerca encontramos lo que creemos que es el camino, así que lo seguimos y llegamos a Umardo; aquí es donde decidimos comernos el bocata, porque ya es buena hora, y porque ya tenemos un hambre de la leche....


                                         La Laguerca

                                         Vega de Umardo

Después de tan merecido bocata continuamos con el duro trabajo de abrir huella. El rastro de un zorro nos guía, por raro que parezca, por el buen camino por la Cuesta y el Bau las Cuerres hasta que llegamos al Callejón que lleva el mismo nombre (Callejón de Las Cuerres). 
En este punto, y tras observar que Carbajal y Juan Luis nos siguen a no mucha distancia y a un ritmo diabólico, decidimos descansar un poco y así esperamos a que lleguen a nuestra altura. 
Una vez todos juntos es Carbajal quien se pone en cabeza abriendo Huella a un buen ritmo, y, tras un breve paso por la cuesta Gobiu para hacer unas estupendas fotos a Tielve y a nuestro Gran Urriellu, llegamos al duernu de Juentesdeviñas, donde recargamos cantimploras y bebemos poco a poco ese agua tan, tan, tan fresca y tan rica.
Tras beber y quedar satisfechos de agua, y tras una leve subida, nos encontramos un paraje maravilloso, la Vega de Tordín. Está estupenda cubierta por completo de un espeso manto blanco. Somos los primeros en pasar por ahí desde la última nevada, y da pena tener que pisar esa perfecta capa, pero tenemos que hacerlo para llegar a la Vega de Cotiñosa, donde nos espera la cabaña de Carbajal y donde nos va a preparar un plato de pasta y unos chorizos riquísimos.

                                          Desde Gobiu

                                         Vega de Tordín

                                         Vega de Cotiñosa


Estupenda la comida de ayer en Tordín. Era un día de Clásico futbolero, pero ni nos acordamos de nada de eso. Nuestro entretenimiento era disfrutar del día tan bueno que teníamos y pasarlo bien entre amigos. Y así fue como lo hicimos hasta llegar a Tielve. 
Unos consejos de Carbajal, y unas lecciones sobre como comportarse ante una gran nevada, los cuales le agradecemos enormemente, y ya a encaminarnos hacia Valfríu.

                                          El Urriellu desde Tordín

                                         Valfríu y Tobaos

                                          Atardecer desde Valfríu

                                         Tielve

Luego, tras una tranquila bajada por la pista de Valfríu, llegamos a Tielve para coger el coche que nos traería de vuelta a Arenas.
He tenido la suerte de caminar por Portudera, por todas sus vegas, y de beber de muchas de sus fuentes, y es precioso este monte, pero, como tuvimos la suerte de verlo ayer nunca lo había visto, sólo espero poder volver pronto a caminar por esas estupendas vegas, a ser posible tan bonitas como estaban ayer...


domingo, 24 de febrero de 2013


LA CRUZ DE PRUVIA













  La Cruz de Prubia



No se si sería por supersticiones o por que antiguamente las encrucijadas de los caminos se señalaban con cruces, como es el caso de la cruz de la ería, la cruz de errados, etc,...El caso es que un la calzada romana de arenas, a no mucha distancia de la fuente “La Canal”, se encuentra una de esas encrucijadas llamada “LA CRUZ DE PRUVIA”. Aquí es donde el camino se divide, bien para ir hacia las vegas de Somas o Espinas, Fuenteteja y Los Troncos, o bien hacia Tambrín, las vegas de Humardo, o Tordín.




Existía, en los tiempos en los que las vegas parecían pueblos de lo pobladas que estaban, un par de cruces de madera en cada camino, una en el que iba hacia Somas, y otra en el que salía hacía Tordín, y existía también una sana competencia, o rivalidad, entre los pastores, para ver quién tenía la cruz mejor adornada y más agraciada, los de un lado o los del otro.
No hace muchos años que aún existía una cruz en ese lugar, pero con el tiempo, desapareció por completo...

En el verano de 2011, mientras en arenas se celebraba la semana cultural del certamen del queso de cabrales, un grupo de personas se encaminaban hacia aquel lugar portando una cruz, que hubieron de subir a cuestas y materiales para su colocación, los cuales se subieron en un mulo que les dejó para la ocasión Bernardo Mier.

Encontraron un “cadu”, lo más próximo a la encrucijada, y en él colocaron la cruz, una sola cruz para todas las vegas, y a los pies de esta, una placa que reza: “A LOS PASTORES DE ARENAS” “F. MORADIELLOS - 2009”
En el agujero en el que se colocó el pie de la cruz, introdujeron una botella en la que habían metido un papel con los nombres de todos los que estaban aquel día allí, después un recuerdo a los pastores que ya no están entre nosotros y un buen brindis con sidra seguido de una comida bien merecida.

Aquel día estuvieron presentes en la colocación de la cruz:

Francisco Moradiellos
Manuel Moradiellos
Salu Corpus
Manuel Moradiellos (hijo)
Sara Moradiellos
Daniel Posada
Luis Borbolla
Arturo Lozano
Dulce García
Carmen Fernandez
Ama Mª Moradiellos
Rene Fontain
Josefina Fernandez

Cuando “dobléis” por el Collau Castiellu  arriba, acordaros de la La cruz de Pruvia, llevarle algo para vestirla, que siempre esté bien adornada, recordar que vuestros antepasados no dejaban de subirle algo ningún día y que siempre la tenían bien cuidada, cuidemos nosotros esta.....

Por mi parte quiero dar las gracias a . Francisco Moradiellos por su gran empeño en que esta cruz esté colocada en este sitio tan especial para todos aquellos que conocemos Portudera; a él, y a todos los que le ayudaron, mil gracias...